A
quienes nos encontramos en esta carrera hacia la riqueza debe animarnos saber
que este mundo cambiante exige nuevas ideas, nuevas maneras de hacer las cosas,
nuevos líderes, nuevos inventos, nuevos métodos de enseñanza, nuevos métodos de
venta, nuevos libros, literatura nueva, nuevas ideas.
Tras
toda esta demanda de cosas nuevas y mejores hay una cualidad que uno debe
poseer para ganar, y es la definición
del propósito, el conocimiento exacto de lo que uno quiere, y un deseo ardiente
de poseerlo.
Los
que deseamos acumular riqueza debemos recordar que los verdaderos líderes del
mundo han sido siempre hombres que han sabido dominar, para su uso práctico,
las fuerzas invisibles e intangibles de la oportunidad que está por surgir: visión; y han convertido esas fuerzas
(o impulsos de pensamiento) en rascacielos, fábricas, aviones, automóviles, y
toda forma de recurso que hace la vida más placentera.
Al
planear la adquisición de su porción de riqueza, no se deje influir por quienes
menosprecien sus sueños.
Aumente
su energía creando las oportunidades que poseemos, para alimentar y vender
nuestro talento.
Si lo que usted
quiere hacer está bien, y usted cree en ello, ¡adelante, hágalo!
Lleve
a cabo sus sueños, y no haga caso de
lo que «los demás» puedan decir si
usted se topa en algún momento con dificultades, ya que tal vez «los demás» no sepan que cada fracaso
lleva consigo la semilla de un éxito equivalente.
Thomas Edison soñaba
con una lámpara que funcionara con electricidad, empezó a poner su sueño en acción,
y pese a sus más de diez mil fracasos, mantuvo su sueño hasta que lo convirtió
en una realidad física.
¡Los
soñadores prácticos no abandonan! A los soñadores de hoy en día les va mejor.
El mundo está lleno
de una abundancia de oportunidades que los soñadores del pasado jamás
conocieron.
Comentarios
Publicar un comentario